miércoles, 25 de diciembre de 2013

Gallardón parió a la mujer



Esta mañana del 25 de diciembre de 2013, recién levantada abrí el ordenador y me encontré uno de esos regalos que una no espera y que le arrancan unas risas. Mi amigo Rafael Fernando me había dejado un texto sobre el ministro Gallardón.

Durante los dos últimos años en varias ocasiones he volcado mis opiniones sobre el aborto y la postura que el actual gobierno del PP viene manteniendo y ahora imponiéndonos. Estos días son muchos los artículos de opinión publicados, pero pocos con esa manera que tiene Rafael de entrelazar palabras, jugar con ellas adornando el texto con una ironía exquisita, para terminar haciendo una crítica casi tan incisiva y dura como las propias decisiones de éste nuestro odiado gobierno.

Quiero compartirlo en mi blog porque no tiene desperdicio.

GALLARDÓN PARIO A LA MUJER
Gallardón no tiene pinta de Adán. Cambió la hoja imprescindible de parra por unos slips punto blanco que sujetan mejor eso que llaman paquete aunque nadie me haya explicado nunca por qué eso de paquete. Traje Emidio Tucci, gafas con cristal al aire y unas cejas que le sirven de tejadillo para días de lluvia. Se compró una sonrisa profidén entre tímida e hipócrita y unos andares de seminarista incapaz de masturbarse por aquello de la ceguera. Jamás cena queso ni duerme boca arriba porque le decían de pequeño que ese postre y esa postura inducían erecciones nocturnas y uno soñaba con muslos de amapolas y pubis maduros como cerezas y fresas dulces.
Gallardón dice que sus hijos son un regalo de Dios (no se atreve a decir que son obra del Espíritu Santo porque recuerda los gemidos de la hija de Utrera Molina y aquel ruego de ella gritando “no te salgas, no te vayas”) Pero en sus ratos de oración y meditación olvida aquellos jadeos pecaminosos y llega fácilmente a la conclusión de que sus hijos son un don del Altísimo conseguidos por recomendación y tráfico de influencias entre Rouco y el Todopoderoso.
Fue siempre lo que fue porque supo estar donde había que estar. Presidente de Madrid, Alcalde de Madrid con una Esperanza a la que nunca quiso hacer emperatriz de Lavapiés. Rodeó la Moncloa con la M-30 y cuando se descuidó era ministro de justicia porque Mariano lo adelantó por la M-40. Rajoy le tapó los ojos y por ahí va, a tientas, palpando tasas togadas, engarzando cadenas perpetuas revisables para cambiar el aceite a los grilletes y arengando ovarios, poniendo firmes a óvulos y espermas, entrepiernas pecadoras que se irán al infierno sólo por disfrutar del amor que dicen, pero que en realidad les queman los genitales porque satanás se retuerce de alegría porque están ganando en la cama las oposiciones para un infierno seguro, eterno, irredento, y este sí, con cadena perpetua.
Y Gallardón sufre. Y ha construido un nuevo paraíso. La mujer debe ser protegida y en consecuencia nunca saldrá de ese jardín que Alberto ha sembrado con el sudor de su frente. Ninguna nacerá de la costilla de Adán sino que brotarán del pecho del propio ministro. Así se convierte en el gran protector de la mujer. Y todo lo que su cartera ministerial haga en el futuro será para ampararla hasta de su propia libertad. Porque la libertad, lo tenía muy claro Franco y el catecismo de Ripalda, no lleva más que al pecado y la condena eterna.
Cuando en la cama ella se duerme de alegría y él se fuma el cigarrillo, Dios ha soplado en el interior del útero y ahí está ya el chaval, hecho y derecho, listo para la mili, para ser un parado, un desahuciado, un camarero en Alemania o un detergente humano en los retretes ingleses. Y Gallardón se erige en guerrero del antifaz de ese vientre, en Pelayo que reconquista zigotos hasta la rendición del paritorio. La mujer es mala. La manzana siempre está ahí, la víbora reptando, el adán siempre dispuesto a prescindir de la hoja de parra y ella ofreciendo el fruto de sus ingles.
La mujer no tiene derechos. Cocina, plancha, lavadora y estar guapa por si a él se le antoja cuando vuelve del trabajo excitado por esta compañera de pechos relucientes. Y junto a ella, indefensa y consentidora de sus instintos, está Gallardón, guardia de seguridad privatizado mediante ley de protección ciudadana de Fernández-opus-ministro-interior.
Gallardón no está prohibiendo nada, penalizando nada, concediendo nada a la Conferencia episcopal, sino que está defendiendo a la mujer de sí misma, velando por ella, liberándola de su propia libertad. Y sobre todo está cuidando zigotos de ojos azules, los brazos talidomídicos, los premios nobel, los paralíticos cerebrales…Porque Rajoy está volcado en los más pobres. Porque ha suprimido el hambre, los desahucios, las oficinas del INEM con el pleno empleo, porque ya no hay pobres pidiendo en los semáforos, porque la ley de dependencia ampara, porque…
La mujer ya no será nunca el hueso descarnado de un jardinero pervertido. Un ángel del señor se apareció a Gallardón, concibió en su seno y la humanidad le proclamó como bendito el fruto de su vientre. Amen.
Un regalo navideño.


Rafael Fernando Navarro 

lunes, 9 de diciembre de 2013

El sindicalismo en la UCI


Tal día como hoy murió, hace 88 años, Pablo Iglesias, el fundador de la UGT. Mucho dista la situación del sindicalismo de entonces con el de ahora. Probablemente si Pablo levantara la cabeza, no sabría ni por dónde empezar.
Que la situación actual del la UGT en Andalucía es más que grave no lo duda nadie a estas alturas. Al menos en algo hemos avanzado porque sólo cuando tenemos el diagnóstico claro, buena voluntad y ganas de trabajar por cambiar las cosas somos capaces de tirar adelante.

Pero hay dos opciones una vez reconocida la situación. La actitud inmovilista y conservadora: esperar que todo cambie sólo una vez que pase la tormenta y, en todo caso, si la situación aprieta demasiado, echar mano de la vieja estrategia de la “cabeza de turco” que puede ser algún trabajador (al que despedir) o ex dirigente (al que meter en “Comisión de Garantías” para expulsar). O como segunda opción está la actitud inconformista y proactiva que podría devolver al sindicato a la vanguardia: aprovechar la situación para sanear y regenerar. Opción ésta última en la que con toda probabilidad habría que reconocer errores e incorporar a la parte crítica también en los órganos de decisión.

No soy muy veterana en esto de las crisis del sindicalismo, a pesar de llevar un tercio de mi vida militando en él. Los viejos del lugar (y hablo de “los viejos” con todo el cariño y respeto porque de ellos he aprendido mucho) me cuentan “que cuando la PSV” también fue muy grave, pero “tenemos 125 años y somos una gran organización, no van a acabar con nosotros tan fácilmente”. Esta frase implica dos cosas, por un lado la “herencia recibida” como algo intocable y sagrado y por otro, la trampa de diferir toda la responsabilidad en “los otros” sin pararse a pensar qué se ha hecho mal, no todo es “ataque mediático de la derecha”, y en su caso, si lo fuere ¿qué estamos haciendo para contrarrestarlo?.

Esto último me lleva a pensar que “los viejos del lugar”, sabios por su edad, son también conservadores por su experiencia. Conozco a muchos de ellos, muchos cuyo verdadero altruismo podría ser clave para ayudar a impulsar el cambio. Pero conozco a muchos otros cuyo egoísmo les lleva a agarrar la organización entre sus toscas manos, apretarla bien fuerte como si de una propiedad personal se tratase y con la presión hacerla saltar en añicos como ha ocurrido en el caso de UGT Andalucía, donde los segundos, los egoístas, ganaron la batalla del poder y la seducción a los primeros, los altruistas, que acabaron sometidos.

Un día, allá por septiembre de 2009, me vendieron la moto de la regeneración y del cambio, de la incorporación de perfiles más actuales que impregnaran de savia nueva y que estuviesen preparados para, en un futuro no muy lejano, dirigir la organización. Concretamente me la vendió Manuel Pastrana el propio Secretario General de UGT Andalucía en aquel momento. Y sí, yo se la compré.

Pero lo peor de todo es que le compré más motos, la del staff de los vicesecretarios, liderado precisamente por el entonces vicesecretario de organización Francisco Fernández Sevilla. En palabras literales del propio Pastrana “a lo largo del mandato las vicesecretarías irían dando un paso atrás y las secretarías adelante hasta estar completamente preparados para dirigir el sindicato”. Fue así como nos colocaron una especie de “tutor inseparable”, en mi caso tutora, que dirigida y orientada por el propio Fernández Sevilla terminó agriando la savia nueva, sometiendo toda espontaneidad y claramente invisibilizando nuestro trabajo. En lugar de abrir paso, cerraba cualquier posibilidad de autonomía, bloqueaba cualquier forma de trabajo e iniciativa que nada tuviera que ver con el pasado. Todo ello acompañado de un Secretario General al que cada vez veíamos menos y con el que ya casi no había forma de “despachar”.

Cuando me di cuenta, como dice mi amigo Alfonso, tenía el garaje lleno de motos, y ninguna andaba. El staff o “La élite del pétit comité  a la que describo en mi artículo de fecha 25 de octubre de 2012, terminó secuestrando el cambio y fue entonces cuando el cambio se convirtió en el recambio, como también describo el “El manido cambio.

Lógicamente decidí no continuar formando parte de una ejecutiva liderada por Pastrana o por Fernández Sevilla, así de claro pero con palabras algo menos educadas se lo manifesté a los secretarios generales de los que dependo, el sector del comercio, la hostelería, el turismo y el juego. Me “desliberé” y me fui a mi empresa donde la labor sindical siempre ha sido muy necesaria. Mientras, el resto del Staff y de “compañeros leales” siguen liberados y recolocados en fundaciones en las que no se sabe muy bien que labor desempeñan, pero supongo que serán muy útiles para seguir bloqueando e impidiendo el cambio y la regeneración.

Estoy segura, y así me lo hacen llegar estos días por las redes sociales entre otras vías, que mi experiencia personal es la de muchas otras personas que han ido pasando por esta más que digna organización. Unas se han ido aburridas, tirando la toalla, otras se trasformaron para sobrevivir, convirtiéndose en grises ejecutores, y otras, simplemente hacen lo que pueden, ignoradas en algún rincón. Y lo peor es que algunos aún se rasgan las vestiduras cuando ven proliferar las distintas plataformas sociales.

Creo que merece la pena superar los sinsabores, seguir luchando y aportar en positivo al horizonte que se abre y que algunos pretenden cerrar con pestillo. En un momento como el actual en el que todo está en cuestión no sólo los sindicatos, también los partidos políticos, el resto de instituciones e incluso la forma de organizarnos, no puede caber la duda de sindicatos sí o no, en todo caso qué tipo de sindicato queremos. Los sindicatos tienen una más que demostrada trayectoria de conquistas sociales.

Se hace necesario poner en valor la utilidad del sindicalismo y ahí tienen un papel protagonista esas personas que están en primera línea, en los comités de empresas, esos que cuentan con una mayor representatividad por el simple hecho de que los votan afiliados y no afiliados. Esos que se parten el cobre con el empresario en las mesas de negociación para arrancarle mejoras colectivas para sus representados.

También es un momento apasionante para tomar distancia, hacer un análisis más profundo de la realidad socio-laboral y proponer cambios que nos permitan construir un sindicato más moderno, más útil y más ágil, que responda de manera eficaz a los problemas que este Estado, secuestrado por un partido ultraconservador como el PP, pretende cronificar.

Me parece que sería muy positivo que el sindicato y sus dirigentes empezasen a analizar qué problemas tiene la ciudadanía y por qué nos son capaces de  superarlos. Y hablo de analizarlos al margen de esas comisiones de trabajo esos foros perfectamente controlados en los previos de los procesos congresuales, esos en los que no todos participamos. Es imprescindible mejorar la representatividad y poner en marcha nuevas iniciativas:

Por una cuestión de espacio no ahondo mucho más en estas ideas, pero aquí las dejo y las desarrollaré en futuros artículos.

1. Hay que eliminar la brecha generacional, los jóvenes deben formar parte de las ejecutivas, dejarles actuar y hacerles sentir que se comparte el espacio con ellos en igualdad de condiciones. Un sindicato no puede permitirse proyectar una imagen envejecida. El perfil gris de señor que ha superado los cincuenta con unas condiciones laborales dignas no es actualidad.

2. Hay que eliminar la brecha de género. El techo de cristal y la segregación horizontal de mujeres en el sindicato hay que superarla. Un sindicato no puede proyectar una imagen machista. Las mujeres, la mitad del mundo, tenemos mucho que decir y opinar, también gestionar. Feminismo y sindicalismo deben ir de la mano.

3. Acabar con las conductas mas propias del clasismo que del sindicalismo, me refiero al tanto tienes, tanto vales. Las federaciones y los territorios más grandes no deben imponerse sobre los demás sino solidarizarse. En demasiadas ocasiones los equilibrios de poder y las cuotas territoriales y sectoriales impiden poner en la dirección del sindicato a las personas más capacitadas.

4. Dada la situación en las empresas, además de contar con un gabinete jurídico lo más potente posible y a la altura de las necesidades actuales, podría recuperarse la llamada “caja de resistencia” para huelgas y paros.

5. Promover una federación de personas en búsqueda de empleo, quizás les sería más fácil organizarse y buscar alternativas así que como se encuentran en la actualidad, como personas paradas con cuota especial en los distintos sectores (en general al que pertenecían en el último empleo).

6. Promover la autonomía y la gestión de los recursos económicos. Si los recursos se centralizan como ocurría en UGT Andalucía, las secretarías cuentan con una especie de “poder prestado” y no pueden responsabilizarse de una propia gestión económica.  De la misma manera cuanta mayor autonomía económica tengan los sectores y territorios, más libres serán para poder ejercer la crítica, que siempre es positiva.

7. Trabajar codo a codo con las asociaciones de consumidores para avanzar en el concepto trabajador=consumidor. Cada persona es distribuidora a la vez que perceptora de la riqueza, lo que le otorga una mayor fuerza frente al empresariado y al propio gobierno.

8. Acercamiento a las empresas de economía social para avanzar en un modelo de relaciones laborales que respete al trabajador y sus derechos y puedan convertirse en competencia de las empresas al uso con modelo obsoleto y explotador.

9. Trasladar de una manera clara la importancia de la financiación publica para los sindicatos poniendo en valor y siendo capaces de trasmitir al conjunto de la ciudadanía de una manera didáctica la utilidad de los sindicatos para el día a día de cada persona y para el conjunto de la sociedad.

10. Transparencia absoluta en las cuentas del sindicato. Hacer público cada euro que entra y a qué se destina, por ejemplo en la web del sindicato.  
Vamos tarde. Los sindicatos corren el riesgo de que cuando sean conscientes de que necesitan una transformación, se pongan en marcha y lleguen al destino, el paisaje puede que haya cambiado tanto aquí fuera que se encuentren con la surrealista situación de que tengan que volver a empezar y trabajar en un nuevo cambio.


APL

lunes, 25 de noviembre de 2013

El machismo que mata y el que no deja vivir


Hoy vuelve a ser 25 de noviembre, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La elección de las palabras con que nombramos cada efeméride es importante porque en ellas delatamos también sentimientos, intenciones, percepciones... incluso nuestra propia ideología. Si no, que nos lo cuenten a las que tan duramente criticamos a Ana Mato y su “violencia doméstica” nada más estrenar Ministerio. Pero en esta ocasión insisto en que siendo importante la terminología que usemos lo es más, y mucho, la realidad que se quiere denunciar: asesinatos.

Este año han sido 45 las mujeres asesinadas, y como muy bien apunta el excelente titular de hoy en eldiario.es “703 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas en los últimos diez años”. Escalofriante, injusto y vergonzoso en una sociedad que quiere llamarse democrática. Pero si nos quedamos en los titulares corremos el riesgo de que el 25 de noviembre nos termine atrapando en un solo día. Cuando la realidad es que el asesinato machista es el último eslabón en la cadena del maltrato. Le preceden en el día a día micromachismos insoportables, agresiones invisibles y un verdadero maltrato hacia la mujer que impregna esta sociedad, no sólo en el ámbito privado, también en el público.

El machismo de “guante blanco” o el machismo institucional, es casi tan peligroso como el que violenta con agresiones físicas, lo es porque ambos se retroalimentan y convierten esta lacra en un círculo vicioso del que no terminamos de salir. Morir asesinada es algo dramático e injusto como también lo es vivir en una continua violencia.

Estoy convencida de que la clave está en la educación. Sólo sembrando la semilla de la igualdad y el respeto entre géneros desde edades muy tempranas tendremos mayor garantía de éxito en la conducta de cada persona que irá conformando la sociedad futura sin reproducir vicios y roles de semejantes consecuencias. En ese sentido llevan trabajando muchísimos años las compañeras y compañeros del sector de la enseñanza en UGT, su campaña “Educando en Igualdad” es digna de mención. Excelente material y trabajo, que nada tiene que ver con el modelo que pretende imponernos el gobierno de la mano de aquellos que siguen creyendo en la educación segregada por sexos, la santa  y retrógrada iglesia.

Ni que decir tiene que los máximos dirigentes político-sociales-institucionales tienen que sacudirse de una vez por todas, ese cinismo que les hace denunciar públicamente el machismo y la violencia y ejercerla en su entorno a diario.

Sólo en una sociedad que no nos discrimine y que en la que podamos participar estaremos libre de violencia.


“Mañana nos despertaremos, nos pondremos el disfraz de civilizados, analizaremos los datos, cacarearemos de pura inercia los porcentajes y nos preguntaremos hipócritamente: ¿qué ocurre para que las mujeres estén infrarrepresentadas en los cargos de poder y en los lugares donde se toman decisiones? Volveremos a hablar de techo de cristal, de segregación ocupacional, de violencia de género, de acoso sexual, de brecha salarial…”

APL.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Volver...con la frente marchita



Pasada una semana de la conferencia del PSOE, han sido muchos los análisis y valoraciones que he leído sobre ésta, desde el escepticismo absoluto de Juan Tortosa en “PSOE, no me creo nada” hasta el contundente y acertadísimo artículo de Soledad Gallego en el País, “Un discurso fuertemente político”, pasando por el post “Luces y sombras en la conferencia socialista” de Carlos Carnicero en su blog, que dicho sea de paso, es el periodista al que más tiempo llevo leyendo y  escuchando hablar sobre la crisis interna del PSOE y la necesidad de renovación.

Estupendo artículo también el de Juan José Téllez Rubio, "Las horas bajas del PSOE" que en página y media nos repasa la historia de la última etapa del socialismo en nuestro país en el despertar de la democracia y la libertad: “socialismo joven de chaquetas de pana y dos caballos cutres” (ese del que su mayor protagonista, Felipe González, parece haberse olvidado con el cumplir de los años) hasta la cruda realidad actual, tan necesitada de proyectos e ilusiones de futuro.

Confieso que no puedo abstraerme de mi experiencia de  todos estos años en una estructura similar y también socialista, la UGT. Mi corta pero casi meteórica trayectoria (más por el tiempo que por otra cosa) en el seno del sindicato me ha aportado una visión bastante completa y también crítica del que debe ser un funcionamiento muy similar.

Por eso creo que el análisis de la conferencia debe hacerse desde dos puntos de vista distintos, el interno y el externo.

Desde el punto de vista interno, creo que la conferencia era necesaria y probablemente haya sido útil en un intento de equilibrar un partido muy tocado y cuestionado, hasta como oposición, que ya es complicado. La terapia de grupo en momentos así es imprescindible para cerrar filas.

La conferencias, comités, consejos y actos varios, tienen detrás, me consta, mucho trabajo y tiempo. Ponencias, argumentarios, discursos, comisiones de trabajo… mucho papel de ese que lo soporta todo, pero me pregunto si sirve de algo.

¿Tan necesario era volver a acercarse a esos principios en torno a los cuales debe girar el socialismo? Si es así, cabe la pregunta ¿cuándo se produjo el alejamiento y quién fue el responsable de él? Y en todo caso, valorar muy positivamente tanto el reconocimiento del error como la intención de ponerle remedio.

Pero ahora viene otra pregunta, ¿quienes han valorado, participado, elaborado los documentos y propuestas? ¿los mismos de siempre? ¿las bases más cercanas a la calle? ¿los aspirantes cercanos a la cúpula? ¿los aspirantes cercanos a las bases? Porque si se trata de que los de siempre, los viejos y sabios del lugar sean los que dirijan los debates, marquen los ritmos y señalen el camino, entonces ya sabemos dónde nos llevará éste, justo donde estamos ahora. De  vital importancia sería que esos proyectos de futuro los elaborasen quienes van a ser el futuro…si es que les dejan.

Tercera pregunta ¿les van a dejar? ¿O se van a aferrar al sillón del poder y a colocar a aquellos que estéticamente parezcan un cambio pero que se dejen “manejar” por las costumbres de antaño? En este sentido el debate de las caras es tan importante como el de las ideas, porque los de siempre no son tan polivalentes como para estar eternamente liderando por encima del tiempo, incorporar nuevas formas de hacer política y que además nos lo creamos. La credibilidad, ese gran problema, pasa incuestionablemente por nuevas caras.

Sinceramente sigo pensando que este tipo de estructuras se han convertido en macroestructuras excesivamente pesadas a la hora de hacerlas rodar, tienen un funcionamiento interno muy obsoleto y una prioridad sería aligerarlas y hacerlas ágiles y eficaces porque están al servicio de una ciudadanía cuyos problemas se acumulan por días y las consecuencias de éstos no pueden esperar un mandato detrás de otro.

Si a la macroorganización le sumamos el perfil de los que la mueven y su resistencia más que probada a dejar hueco, la conclusión es que el aparato fagocita al proyecto. Las ideas se ahogan entre personas con intereses particulares que utilizan la burocracia como herramienta para imposibilitar.

Que ideas inocentes, lideradas por perfiles políticos virginales sean capaces de proyectar ilusiones pueriles en una ciudadanía tan castigada, es como encontrar una aguja en un pajar.

El otro análisis el de la proyección externa, tampoco es positivo. Las cámaras nos mostraban a través de la pantalla esos usos y costumbres que las personas que militamos en cualquier organización asumimos con total normalidad y que tan sólo una cierta capacidad de abstracción puede hacernos caer en lo anacrónico de los detalles y en el rechazo que puede provocar al ciudadano de a pie, con preocupaciones tan importantes como llegar a final de mes sin morir en el intento. Me refiero a la euforia en los aplausos, a la puesta en escena de los discursos y al culto al líder, un líder que se aferra al poder de unas siglas por encima del hundimiento en las encuestas.

Entre tanto ritual, cómo no, el discurso de género en forma de la siempre recurrente brecha salarial. ¿Hasta cuándo tendremos que presenciar esta tremenda contradicción por no llamarlo cinismo? Seguir oyendo reivindicaciones sobre igualdad entre géneros por parte de instituciones y  organizaciones que en la práctica bloquean el acceso de las mujeres al poder, es simplemente inadmisible.

El remate final lo puso Rubalcaba al pronunciar el desafortunado "hemos vuelto”, inevitablemente muchos y muchas pensamos ¿también él vuelve? ¿con el nuevo proyecto? ¿con la frente marchita?

Irremediablemente el debate sobre las ideas está estrechamente vinculado al de las caras y eso significa, al de las primarias.

Lamento el análisis tan crítico sobre organizaciones a las que tengo verdadero cariño, pero la izquierda sin autocrítica, no avanza. Es necesario identificar errores y obstáculos, hacer un ejercicio de generosidad y priorizar el proyecto por encima de las personas.

La ciudadanía no se ha separado ni un milímetro de las ideas, lo ha hecho de la institución porque sus líderes no han sido capaces de mantener ondeando bien alto la bandera de las ideas.

APL



jueves, 7 de noviembre de 2013

Quieren apagar nuestros megáfonos #SOScorreo #SOSciudadanos #SOSdemocracia



Estos días vuelven a mi cabeza los recuerdos de la navidad pasada, cuando Isla Mágica, la empresa cuyo comité presido, estuvo a punto del cierre.

Fueron muchos los esfuerzos que el conjunto de la plantilla y el equipo que conformamos el Comité de Empresa hicimos. Creo que no faltó rincón en Sevilla dónde no fuésemos a pedir apoyo y contar nuestro problema.

Pero si importante fue todo lo que hicimos, mucho más lo fue la visibilidad mediática que tuvo.

Fueron muchos los compañeros de los medios de comunicación que hicieron de altavoz de nuestro conflicto, que inmortalizaron todos y cada uno de los momentos. Desde su profesionalidad empatizaron con nosotros, hicieron suyo nuestro problema y empujaron hacia delante hasta llegar a la meta, el cierre del expediente que permitiría la venta de la empresa y la apertura de la temporada 2013. Recuerdo a Fernando (europa press) siempre pendiente y especialmente aquella noche que cerramos el acuerdo. Su profesionalidad le llevó a casi las 2.00 de la madrugada, cuando a pesar de no estar en turno, hablamos por teléfono para confirmarle la esperada noticia. Así son ellos.

Hoy son aquellos compañeros que trascribieron las palabras y pusieron voz e imagen a nuestro conflicto los que lo están pasando mal. Por eso quiero desde mi pequeño rincón, aportar un granito de indignación, de solidaridad y de apoyo a los trabajadores de El Correo de Andalucía.

Esta mañana pasé con algunas compañeras por la redacción donde acababan de comenzar su encierro, para estar un rato con ellos. Nos contaban Laura, Isabel, Clara  e Irene lo esperpéntico de la situación, una plantilla al pie del cañón, en su lugar de trabajo, la “sede” de una empresa, en este caso, sin empresario, trasmitían esa desazón e incertidumbre que nosotros vivimos hace un año.

Quiero asomarme más allá del problema concreto porque sé que el horizonte es mucho más amplio aunque nos lo estén estrechando a marchas forzadas. Y asomarme es ver que su problema sí que es el nuestro, el de toda la sociedad. Porque si tal y como está ocurriendo consiguen cerrar los medios, entonces nos invisibilizan a todos y a todas. Y la invisibilidad es la muerte silenciosa de los derechos, de las conquistas, de las reivindicaciones.
el correo

Los medios de comunicación son importantes para muchas cosas, pero imprescindibles en una sociedad democrática y en un Estado de derecho. La desaparición de los primeros podría incluso ser una señal de la extinción de los segundos. Sin medios no hay democracia.

Quiero llamar la atención desde mi faceta de sindicalista sobre el papel que juegan los medios con respecto a este mundo, el del sindicalismo. En un momento en que la normativa laboral deja poco que desear a los empresarios y muchísimo a la clase trabajadora de este país, cuando los recovecos y vacíos legales son aprovechados de manera cruel para eludir responsabilidades, cuando cobra más fuerza y sentido la acción sindical y la protesta en la calle que la defensa de los derechos, pues éstos van escaseando por días, entonces los medios se convierten en nuestro altavoz. Son imprescindibles porque bien sabe el rancio empresariado de este país que nada mejor que unos juzgados saturados por demandas de despidos, reclamaciones de cantidad y un largo etcétera para disuadir la denuncia. Que nada mejor que un Estatuto light para diluir exigencias y por supuesto, que nada como un PP gobernando el país por absoluta para ir dejando al descubierto una CEOE cada vez más totalitarista.

Nos están robando derechos, empobreciéndonos por momentos, destruyendo el pilar fundamental de esta sociedad, el bienestar. ¿Vamos a permitir que también nos arrebaten nuestros megáfonos? ¿Vamos a dejar que nos prohíban expresar nuestro desacuerdo, nuestra rebeldía y nuestra indignación?

Mi máximo apoyo a las compañeras y compañeros de El Correo de Andalucía, mucha fuerza para vencer resistencias y mucha suerte en vuestra lucha que es también la nuestra.

APL





lunes, 4 de noviembre de 2013

El talón de Aquiles de los presupuestos de la Junta de Andalucía


Que elaborar un presupuesto cuando la base principal de ello, la económica, escasea es complicado, sin duda. Que hacerlo para una comunidad autónoma como Andalucía debe ser más que difícil, también. Y ya si hablamos de que encima hay que marcar esa diferencia, la que mandataron en las urnas los vecinos que habitan de despeñaperros para abajo, entonces ya estamos hablando de “hacer encajes de bolillo”.

Ciertamente no es fácil, nunca lo es cuando una tiene que avanzar y todo se vuelve en contra. Pero la diferencia entre esos que se dejan llevar por la corriente del capitalismo más salvaje (hoy personificado en Mariano Rajoy) y un gobierno progresista son los derechos, el bienestar y la protección social de la gente de a pie.

Cuando esa diferencia reside en que tu vida o la de tu familia corra riesgo por una menor calidad en la prestación de un servicio como sanidad pública, cuando la diferencia reside en que a tus hijos se les prive de un derecho como es el de formarse para ser personas libres y decidir con criterio sobre el mundo que quieren, cuando la diferencia reside en que a las personas mayores, que pasaron toda una vida ahorrando en esa hucha común llamada seguridad social, se les diga ahora que sus ahorros no llegan para descansar tranquilas el último soplo de vida que les queda. Cuando todo esto ocurre, hay que poner en valor a esas personas que desde la política hacen lo imposible por marcar la diferencia.

Y los presupuestos de la Junta de Andalucía son indudablemente unos presupuestos muy sociales, elaborados desde una izquierda comprometida y teñidos de rojo. Priorizan el estado de bienestar, la sanidad pública, la educación y los recursos para que se pueda acceder a ello, independientemente del dichoso estrato social al que se pertenezca.
Sin embargo, y sin quitar mérito alguno a todo ello, tienen un importante talón de Aquiles, la debilidad de siempre: la clase trabajadora. Debiera haberse evitado, a mi entender y por todos los medios, tocar el bolsillo a los funcionarios.
El funcionariado está muy estereotipado. Se tiende a pensar que el funcionario vive como dios y trabaja bien poco. Y siendo cierto que se trata de trabajadores y trabajadoras con una mayor estabilidad que la gran mayoría que pertenece a sectores de producción (estaría bueno que también el propio gobierno generara minijobs), hay de todo, no sólo en cuanto a salario se refiere, también a condiciones de trabajo.

No puede, o no debe, un partido llamarse “obrero” ni “izquierda” y en las relaciones laborales establecidas con su plantilla comportarse como la patronal rancia de este país, acostumbrada a racanear en las mesas de negociación hasta el último céntimo.

Y no hablo ya de lo que económicamente suponga, sino de lo que significa, del ejemplo y de las armas que se dan al empresariado y de la decepción que provoca en la ciudadanía. Y por supuesto de la contradicción que supone hablar públicamente de la lucha contra el paro, de la generación de puestos de trabajo, de la estabilidad y de la calidad en el empleo y sin embargo tocarle la nómina a su plantilla suprimiendo, por ejemplo, el complemento de las pagas extra, por muy transitoria que sea la medida.

También los trabajadores (ni que decir los parados) hacen encajes de bolillo para llegar a final de mes. Tocarles el bolsillo es tocar el consumo y tocar el consumo es seguir ahondando en esta crisis que nos está llevando a todos por delante.

Y dicho todo esto, también me voy a permitir este comentario: anda que le ha faltado tiempo al sindicato CSIF para echarse en los brazos del Partido Popular. Ese partido que habla de sindicatos politizados y de políticos sindicalizados a la vez que impone implacables recortes contra la clase trabajadora. Pues eso, todos tenemos nuestro talón de Aquiles.

APL.


jueves, 24 de octubre de 2013

Pobres de por vida y de “por muerte”



Hoy es la educación pública, pero la verdad es que poco le queda ya al Partido Popular por tocar.
Desde que el actual gobierno del PP ganase por mayoría absolutísima las elecciones el pasado 20 de noviembre de 2011, parece empeñado en no dejar títere con cabeza en la clase trabajadora. Tabla rasa para todos. De un lado ricos y del otro, pobres, los dudosos también apartados al lado oscuro. ¿Quién dijo clase media? ¿Ese invento ficticio para aspirantes a sangre azul? En la actualidad social de este país no caben medias tintas, o jamón de pata negra o papas a lo pobre.

Y es que no siempre se tiene la oportunidad de gobernar en solitario, con el poder absoluto, una crisis brutal y una ciudadanía que, creyéndose “con derechos”, se relajó y descuidó sus valores fundamentales.

La hoja de ruta está marcada y ésta no nos lleva precisamente hacia el norte, sino más bien todo lo contrario, al sur del sur.

Bajo el manto de la crisis económica “nos cabe todo”. Muy pronto llegaron los ataques a los derechos laborales, dicen que es de bien nacido ser agradecido, así que lo primero que hizo el PP fue agradecer a sus fieles votantes de la CEOE su lealdad en el voto, y parece, a juzgar por los numerosos escándalos y causas abiertas, también en la financiación. Ahora sabemos dónde iba todo ese “racaneo” en las mesas de negociación por parte de las patronales.  Al parecer se trataba de una “inversión de gobierno”.

Para que nos olvidásemos de cualquier pretendido acomodo: reformazo laboral y todos en bolas. Trabajadores y trabajadoras sin derechos, sindicatos sin margen de maniobra y sin rechistar que mañana viene más.

Y fue así como llegó toda esa vorágine que nos dejó noqueados durante meses. Afortunadamente esa inercia que nunca se olvida (parecida a la de aprender a montar en bici) nos llevó a reaccionar en las calles ante cada uno de los ataques. Nadie puede decir hoy que las organizaciones sindicales, los partidos de izquierdas, el movimiento asociativo o las distintas plataformas sociales, no hayan salido a la calle ante todos y cada uno de los numerosos arrebatos de derechos y dignidad. La reforma laboral, el aborto, la sanidad, las pensiones, la dependencia, las tasas judiciales…no hemos parado, tampoco ellos.

La llamada Ley LOMCE, impulsada por el ministrísimo y solitario Wert, contra la que hoy, 24 de octubre de 2013 nos revolvemos una vez más, es especialmente grave. Tiene efectos inmediatos muy negativos, pero son mucho más brutales sus consecuencias a largo plazo.

Esta ley dificulta el acceso a la educación pública por parte de todos independientemente de nuestro poder adquisitivo, incorpora varios filtros para ir dejando en el camino y sin oportunidades  a parte de los aspirantes, encarece las tasas de forma que no sea cualquiera quien pueda permitirse económicamente estudiar una carrera, para más inri limita el acceso  a las becas para el estudio. En definitiva sólo los hijos de los ricos podrán acceder a lo que dejará de ser un derecho para convertirse en un lujo.

Las consecuencias a largo plazo serán muy regresivas, una población analfabeta, sin acceso a los trabajos cualificados y mejor retribuidos y también fácil de manipular, una élite poderosa y dominante. Estarán los ricos y los hijos de los obreros. Ni que decir tiene que la tan ansiada fantasía gallardoniana de “las mujeres a casa, a parir y a sufrir” será de nuevo una realidad. Las dos Españas.

Piénsenlo bien ¿A quiénes perjudican todas estas imposiciones y arrebatos? ¿A quiénes benefician?

Ha habido mucho de golpe de efecto, de ataque brutal y agresivo, pero no nos despistemos porque  en silencio, poco a poco, avanza una trasformación absoluta del país, una vuelta en tiempo récord a épocas de miseria, a las dos Españas, a la sociedad analfabeta que fuimos, al olor a naftalina y al gris de los grises.

Nos están haciendo pobres de “por vida”, sólo queda que nos tiren a las cunetas “de por muerte”.

APL.